Ansío tu llamada como cuando tenía 5 años y
apretaba fuerte los ojos intentando dormir la noche antes de los reyes y me
pasaba a la cama con mi hermana porque estaba tan nerviosa que no podía dormir.
Ahora
mis ganas de dormir son demasiadas.
Y
mis horas de sueños limitadas.
Aunque
el sueño me lo quite otra clase de nervios.
Sabes, si cierro los ojos y pienso en playa puedo
recordar cada una de tus galaxias de lunares.
Sabes, si miro aquella mancha del techo de mi
habitación recuerdo la república que creamos entre sábanas, fotos, orgasmos y
caricias.
Sabes, si dejo de negándomelo aún te pienso, y si te
pienso te siento.
Pero
más dentro.
Como la muela del
juicio dándome dolor de cabeza.
Como el dolor tras
la vacuna.
Como siendo tú
desde el primer día.
Como si no
quisieras salir.
Y si aún te pienso.